Después de casi tres décadas acompañando a millones de personas, Metrogas decidió actualizar su imagen para reflejar una visión más moderna, cercana y comprometida con el futuro.
El desafío fue claro: Diseñar una identidad que se sintiera actual, pero que mantuviera el vínculo emocional con las personas. Una marca con historia que se proyecta hacia adelante, más humana y consciente de su rol en la comunidad y el medioambiente. El resultado fue una campaña que no solo comunica un cambio visual, sino una forma de estar presente en la vida de las personas.